La joven venezolana practicaba el freestyle por hobby y hoy en día es un recurso para alzar su voz en temas de índole social.
Sara Virguez, nació en Caracas Venezuela, en una popular parroquia del oeste de la ciudad llamada Caricuao, dónde jóvenes llenos de talentos, sueños y con mucho flow abundan.
Desde su infancia le ha gustado el arte, especialmente la música, por eso en cada obra del colegio donde tuviera la oportunidad participaba o estaba presente. Sus más allegados siempre admiraron su valentía y coraje al presentarse frente al público, sin saber que más adelante, en su vida sería una forma de manifestar todas las injusticias por las que atraviesa su país, como una forma de expresión.
A los 15 años con algunos amigos de su colegio, para divertirse hacían presentaciones espontáneas en plazas, parques, bulevares y lugares públicos donde veían la oportunidad de manifestar su arte por medio de canciones del género urbano y freestyle. Lo más admirable de está joven es que sin haber tenido estudios previos de música, no fue un impedimento para demostrar todo el talento que en ella hay.
A los 17 años se vio en la necesidad de salir de Venezuela, pero sin olvidar el compromiso con la patria que le vio nacer porque desde afuera sigue siendo una voz contra la injusticia.
Actualmente esta caraqueña vive en el exterior y sigue luchando por sus sueños.
Este es un ejemplo de millones de jóvenes venezolanos que día a día recurren abandonar su zona de confort para desarrollarse y crear un mejor futuro, muchos mediante sus capacidades siguen siendo portavoces en contra de las injusticias que afectan a la sociedad.
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